La accesibilidad digital significa desarrollar productos digitales (páginas web, aplicaciones, software, etc.) que puedan ser utilizados por todos los usuarios, sin importar su situación física.

Implica crear soluciones que estén aptas para el uso de personas con discapacidades, tanto permanentes -ciegas, sordas, mudas o que padezcan dolencias neuromotrices, por mencionar solo algunas- como temporales,  como es el caso de personas que se fracturaron un brazo, tienen otitis o una úlcera de ojos. 

En el mundo hay más de 1000 millones de personas con algún tipo de discapacidad según datos de la Organización Mundial de la Salud, y que representa 15% de la población mundial. 

La tendencia indica que esta cifra está aumentando drásticamente debido al envejecimiento de la población y al aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas. 

En este marco, las regulaciones acerca de estos temas todavía son desiguales: mientras que, en Estados Unidos, por ejemplo, ya hay leyes que exigen que las herramientas digitales sean accesibles, en la mayor parte de Latinoamérica también existen leyes, pero no son tan amplias. 

Por ejemplo, en Argentina la normativa por el momento afecta solamente a los productos o servicios digitales que ofrece el gobierno. 

A escala global, las pautas de accesibilidad al contenido en la Web (WCAG, Web Content Accessibility Guidelines) determinan los estándares que deben cumplir los productos digitales para ser considerados como accesibles. Y entre otras cosas ponen el foco en el diseño accesible. 

La accesibilidad web abarca todas las discapacidades que afectan el acceso a Internet, incluyendo las auditivas, cognitivas, neurológicas, físicas, visuales y los trastornos en el habla. 

Tecnologías de apoyo

Más allá de las pautas y leyes que orientan y regulan la accesibilidad para personas con discapacidad, hoy existen numerosas herramientas o dispositivos que permiten generar acciones e interactuar con dispositivos digitales incluso a personas que no pueden moverse. 

Existen desarrollos que permiten que los usuarios con discapacidades severas tengan acceso a la información y a interactuar con un dispositivo digital o usar un elemento de la casa.  

En el campo de las tecnologías vestibles (wearables) hay un área nueva que se denomina “interfaces cerebro-máquina” en la que se está dando una proliferación de interfaces con la computadora que van más allá de hacer una página web accesible per se.  

Por otra parte, existen herramientas de wearables que obtienen información del cuerpo y que también pueden aportar a los temas de accesibilidad. 

Por lo general existe el preconcepto de que hacer un producto accesible es muy caro, pero la realidad es que para efectuar estos desarrollos en una empresa de tecnología hay que involucrar como mínimo a tres áreas: experiencia de usuario, desarrollo y aseguramiento de la calidad. 

En este caso, Baufest tiene un acuerdo con una institución para realizar testeos de usabilidad con personas ciegas. Y si bien es cierto que incluir estas consideraciones es algo más costoso, tampoco lo es tanto. 

Inclusión digital

Desde Baufest entendemos que es importante que las organizaciones se involucren en estos temas de inclusión digital porque contribuyen a la construcción de una sociedad más igualitaria.  

Además, son numerosos los beneficios que obtiene una empresa por brindar productos digitales accesibles.  

Por ejemplo, llegarán a una mayor cantidad de usuarios, y también fortalecerán su posicionamiento de marca generando mayor fidelidad, así como también su posicionamiento SEO, ya que cuando los usuarios busquen productos para personas con discapacidad en los navegadores web, la compañía aparecerá como primera opción. 

Por otra parte, más allá de la necesidad de favorecer la inclusión digital de las personas con discapacidades, hoy la tecnología también permite incrementar las capacidades de las personas, algo conocido como human augmentation. 

Por ejemplo, un controlador de tráfico aéreo debe tener cierta carga cognitiva y mental para poder tomar buenas decisiones; y gracias a distintas tecnologías o productos de apoyo, hoy puede recibir una ayuda extra de sistemas que analizan la carga de trabajo que está teniendo y que, al detectar que ya está controlando demasiados vuelos, no le asignan más.  

Asimismo, la tendencia a la omnicanalidad también pone de relieve la necesidad de trabajar sobre la accesibilidad, ya que hay que pensar que las interfaces con las herramientas y canales digitales no son fijas, sino variables, y que la gente va utilizándolas de diferentes maneras, a medida que va dialogando con los sistemas.